viernes, 20 de junio de 2008

EL SIGUIENTE PROGRAMA

EL SIGUIENTE PROGRAMA
El siguiente programa fue una serie colombiana de dibujos animados que salió al aire como la continuación de La Tele. Fue protagonizada por Martin de Francisco y Santiago Moure.

El siguiente programa fue una sátira de la realidad nacional colombiana de finales de la década de los 90. Se realizo desde 1997 hasta 2000. Estuvo caracterizada por un humor crudo, irreverente, grotesco (en ocasiones escatológico) que parodia diferentes aspectos de las costumbres, la política, la farándula, la radio, la televisión, y la idiosincrasia criolla en general.

Martín de Francisco y Santigo Moure, son dos locutores de radio que han hecho del fracaso en sus vidas y sus trabajos, una fuente de reflexión sobre los diversos males que aquejan a Chibchombia, un país ficticio, alegoría de Colombia.

De Francisco y Moure, junto a otros personajes como El Cerdo Molina, integran el Ejército de la verdad, cuya misión es velar por el respeto a la libertad de expresión en los medios masivos de comunicación de Chibchombia, puntualmente en el espacio de radio que ambos tienen en la emisora PQEK Activa.

El Siguiente programa puede considerarse como un Spinoff de La Tele, y se basa en la caricaturizacion de Martin de Francisco y Santiago Moure que por esa epoca ejercian de locutores del programa de la mañana en la emisora de Bogota Radioactiva.

La temática abordada en los diferentes capítulos varía entre la ridiculización de personajes de la farándula colombiana de la época; pasando por la burla a expresiones culturales arraigadas en Colombia como los certámenes de belleza, el fútbol, la musica y costumbres populares; hasta la caricaturización del «rebusque» y las dificultades del colombiano de clase media para afrontar la recesión económica.


Crítica de la televisión colombiana A pesar de que en la vida real, ambos protagonistas (Martín de Francisco y Santiago Moure) gozan de cierta fama y hacen parte del medio televisivo colombiano, en El siguiente programa se critica con agudeza la baja calidad de la televisión colombiana, que con la privatización de dos de los canales de televisión tradicionales más influyentes (Caracol y RCN), le dio paso a una programación con una alta prevalencia comercial en detrimento de sus contenidos. También se expresan los verdaderos cartoons colombianos.

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